Porque a veces un momento de ocio, no hace daño.
Sin duda, todos estamos reunidos aquí gracias a que compartimos el gusto por Resident Evil. Sin importar cuántos años tengas siendo fan de la franquicia, seguramente ya te has dado cuenta de que todas esas horas de juego ya están comenzando a repercutir en tu vida diaria y has empezado a hacer o notar cosas que antes de Resident Evil no hacías.
Aquí, con meros fines de entretenimiento, te dejamos una lista de síntomas de que seguramente ya te estás volviendo un fan de hueso colorado de Resident Evil… o tal vez que ya tienes muchos, muchos años normalizando sin darte cuenta.
- Cada vez que ves una caja o un baúl de grandes dimensiones, piensas que ahí puedes almacenar tus objetos especiales para encontrarlos después.
- Te sientes en un “save room” cada vez que terminas en un cuarto pequeño, como el centro de fotocopiado de la oficina, tu espacio de home office o la zotehuela de tu casa.
- No puedes evitar dar un vistazo a cada rincón de tu casa… o de sitios nuevos; después de tanto Resident Evil, es claro que hallarás algún aditamento importante dentro de un cajón, debajo de la mesa o en el estante que está por allá.
- Comienzas a analizar los lugares para encontrar las posibles rutas de escape en caso de que una horda de gente molesta [véase, zombis] te rodee. En Resident Evil siempre necesitas un plan de escape. Ahora lo aplicas en la vida real: ¿dónde está la salida? ¿Puedo saltar desde aquí? ¿Aquella puerta estará cerrada por el otro lado?
- Cuando te asustas, buscas el botón de pausa, ¿no es así? Es una reacción natural después de tanto tiempo jugando. Sin embargo, en la vida real te das cuenta de que no hay botón de pausa y tienes que lidiar con tus miedos.
- A veces imaginas que tienes un inventario. En el juego, tu personaje lleva consigo un inventario de objetos. Así que te ves a ti mismo pensando en lo que podrías tener en tu inventario en la vida real cada vez que sacas algo de tu mochila, o de tu bolsillo.
- Tu sentido de la moda cambió. Los personajes de Resident Evil tienen un estilo muy particular y ahora, sin darte cuenta, también te vistes de manera parecida. ¿Te has dado cuenta de que tu armario está lleno de ropa negra?
- Te ves a ti mismo investigando en internet sobre parásitos y virus reales. Después de jugar Resident Evil, te das cuenta de que hay muchos que son igual de mortales y peligrosos. Y te da curiosidad investigar sobre ellos para saber cómo prepararte en caso de que haya algún brote en el mundo real.
- Tienes miedo de adoptar un Dobermann pero al mismo tiempo quieres tener uno para llamarle Cerberus.
- Te sientes emocionado al ver una llave en una cerradura antigua y piensas “seguramente hay algo bueno aquí”
- Cuando visitas una nueva ciudad comienzas a encontrar sitios que podrían ser la inspiración de algún lugar popular en Resident Evil como la mansión Spencer o Raccoon City.
- Tienes un ataque de pánico cuando te das cuenta de que no hay items de curación en tu inventario, o que olvidaste el zippo o la ganzúa que cargas en la mochila.
- Cargas con un sanitizante para manos al estilo de Ethan Winters, y cada que te lo pones sientes que tu estado de salud ha mejorado.
- Alguien te dice que tiene una infección y te preocupa que sea una cepa del t-Virus.
- Le pides a tu peluquero que te haga un corte de pelo como el de Leon S. Kennedy o el de Jill Valentine.
- Cuando ves una escalera mecánica o un elevador grande, piensas que estás por enfrentarte al Tyrant final o a Nemesis.
- Te emocionas cuando ves una bolsa de hierbas y piensas “¡Saludable y también cura heridas!”
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¡Y ahí lo tienes! Si has experimentado alguna de estas señales, es hora de aceptar que tu obsesión por Resident Evil ha crecido, bienvenido al mundo del survival horror. Ahora solo te queda disfrutar de todo lo que la franquicia tiene para mostrar y seguir asustándote con cada nueva aventura.